Vitral artístico vs. vitral industrial

El vitral artístico difiere del industrial desde su misma concepción en su diseño, realización, materiales, intención y en consecuencia, en el resultado alcanzado por la obra. El proceso de selección de los vidrios, la riqueza de sus matices, los aspectos propios de su calidad así como la impronta del autor confieren carácter a la pieza y proyectan un resultado particular, claramente diferenciable de un trabajo industrial.
El vitral artístico guarda secretos vinculados al mensaje que comunica su autor, que se develan al ojo del observador lenta y progresivamente creando una relación con él, subyugándolo. Es en esencia, único.
El vitral industrial - visto generalmente en los negocios- es su opuesto. Producido de manera estandarizada y masiva carece precisamente de esa individualidad propia del vitral artístico; de ahí que si bien a primera vista aparece atractivo, al poco de observarlo se pierde el interés en él, dado su carácter impersonal -"frío"- y en algunos casos termina calificado de cursilería. A nivel comunicacional, puede decirse que al faltarle "alma" el trabajo industrial no puede crear puentes.
En definitiva, será el arte el elemento diferenciador por antonomasia que una al autor y al observador de la obra en una relación que con el tiempo sea cada vez más cercana y enriquecedora.